Volvemos a visitar este patio que conserva todo su encanto del pasado, con sus paredes encaladas, sus arcos y las macetas colgadas, todas pintadas con esmero de color rojo.
Destacamos su forma irregular y la belleza del callejón, a cuyo paso nos da la sensación de atraparnos. En sus arriates encontramos geranios y mimos que miden más de dos metros de alto.
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